24 DE MARZO FINAL DEL CIRCO BURGUÉS


Culmina ya la etapa de acoso por parte de los privilegiados y mimados de este sistema, usan toda su hipócrita “democracia” para jugar con las necesidades más sentidas del pueblo, con sus dolores y sufrimientos, los futuros burócratas bailan, abrazan y ofrecen lo inalcanzable por un voto y para ello no importa usar todos los elementos que estén a su alcance, una vez que lleguen al poder obviamente en el camino quedarán todas las promesas de campaña.

Hoy el plato fuerte es la demagogia, por eso todos alzan las banderas de las luchas que sean necesarias para perturbar, confundir y dar la imagen de luchadores. Hay quienes ya han usufructuando por un buen tiempo de grandes beneficios económicos, y no contentos con años de enriquecerse esquilmando el erario nacional, se vuelven a lanzar a la escena politiquera para continuar enquistados en la administración pública; otros de igual manera hacen la lucha a ver si alcanzan a acomodarse en algún puestito, utilizando el discurso de “luchadores populares” pero que en la práctica han entrado en todo el juego electorero, no sólo reforzando la estructura política opresora, sino obteniendo un medio de lucro personal y para sus grupúsculos.

Como es natural en una sociedad con diferencias de clase y por tanto una inequidad voraz entre el pueblo, la burguesía y la burocracia servil, el Estado no es neutral, pues asegura toda esta mentira de las elecciones y la financia a 81 mil candidatos para estas seccionales, con dinero del propio pueblo. Así el Consejo Nacional Electoral a través del llamado Reglamento de Promoción Electoral, aprueba la entrega de aproximadamente USD 5’470.241,49 para las organizaciones políticas y USD 965.336.73 para el Instituto de la Democracia (entidad adscrita al Consejo Nacional Electoral, encargada de la investigación, capacitación y promoción de estos procesos). Este organismo de igual manera fijó en $ 99'330.637,88 el monto que se destinará para las elecciones seccionales de 2019. Noventa y nueve millones y pico de dólares en un país que está en crisis y que se está endeudando hasta más allá de la coronilla con los chulqueros internacionales, para que se derroche en los vulgares espectáculos de las campañas electorales.

En esta máxima expresión de la democracia burguesa (léase dictadura burguesa), que es la lid electoral, no sólo se despilfarra con vehemencia el dinero del pueblo, sino que cada vez se vuelve una lucha más encarnizada entre los politiqueros. Pero, ¿cuál es la razón de tanto empeño de los candidatos por llegar a los puestos estatales?, ¿cumplir sus promesas de campaña? En términos prácticos sabemos que esos ofrecimientos son imposibles de ejecutar, pues se pretenden ¿resolver problemas de fondo de manera local con ordenanzas?, siendo estos cuerpos legales los últimos en jerarquía dentro de la base legal de cualquier país. Resolver la violencia que afecta a las mujeres, problemas en la seguridad social, desempleo, subempleo, destrucción de frágiles ecosistemas, minería, etcétera, todos estos problemas son estructurales y no se resuelven con ordenanzas, ni siquiera con leyes o políticas públicas. Eso lo saben bien los politiqueros, que usan la demagogia como estrategia de campaña.

Pero nos volvemos a preguntar ¿cuál es la razón de tanto empeño de los candidatos por llegar a los puestos estatales?, ¿cumplir sus promesas de campaña?, ¿servir a las parroquias, a la ciudad, a la provincia, como se desgañitan desde las tarimas? O acaso será el interés de los megasueldos para estos puestos burocráticos, los cuales constituyen un insulto y una burla para todo el sector del pueblo trabajador que debe lograr sobrevivir con un salario básico de 394 dólares, incluyendo un ridículo “incremento” de USD 8 para este año. Y eso para quienes tienen un empleo; la gran mayoría estamos trabajando para sobrevivir a diario.

El SENRES (Secretaría Nacional Técnica de Desarrollo de Recursos Humanos y Remuneraciones del Sector Público), establece una Escala de Remuneración Mensual Unificada del nivel Jerárquico Superior de acuerdo a la Ley Orgánica de Servicio Civil y Carrera Administrativa, y los sueldos para alcaldes y prefectos depende del número de habitantes, como ejemplo los alcaldes que tengan más de un millón de habitantes percibirán 5.560 dólares.

ESCALA PARA ALCALDES Y PREFECTOS

No. de habitantes
Grado Remuneración Desde Hasta

7    $ 5.560    1.000.001 En adelante
6    $ 4.670    500.001 1.000.000
5    $ 3.885    250.001 500.000
4    $ 3.220    100.001 250.000
3    $ 2.700    50.001 100.000
2    $ 2.250    20.001 50.000
1    $ 1.850     20.000

Así se disfruta de privilegios a costa de la mayoría del pueblo desempleada,  subempleada, sin ninguna oportunidad de un trabajo digno, estable y con una seguridad social deficiente.

Desde el 2015 el Alcalde de Cuenca gana 6.678 dólares, esto es 8,44 veces más que los empleados municipales de nivel 1, mientras que los concejales ganan 3,6 veces más, tomando en cuenta que desde ese año los empleados de nivel uno tienen un salario unificado de 790 dólares. Los concejales ganan 3.339 dólares, es decir, 4,22 veces más que los empleados de nivel 1. La diferencia de ingresos entre el Alcalde y el obrero de menor nivel aumentó de 10 a 11,5 veces. (Información tomada de: “Con alza para alcalde y concejales, aumentan diferencias de sueldos municipales”, diario El Tiempo, 12 de diciembre de 2014).

Y como muestra del amor que estos “servidores públicos” tiene a sus cargos, miremos que para el actual proceso electoral en Cuenca 9 de los 15 concejales titulares optaron por una candidatura, y las normativas dentro del Código de la Democracia disponen que pueden solicitar licencia o renunciar para la campaña, y no todos lo han hecho; el actual alcalde ha solicitado una licencia sin sueldo por 10 días, pero tienen la opción de extender el permiso o acogerse a vacaciones pagadas. Es decir que mientras estaban en campaña derrochando el dinero del pueblo, continuaron en sus cargos, y lo seguirán haciendo hasta el último día que les toque dar paso a los nuevos, o continuarán de largo si vuelven a ganar. No cabe duda que son unos “patriotas”, que “sirven con devoción”, pero al señor dinero.

Y esto son los sueldos oficiales, que en realidad es un mínima parte del enriquecimiento vía estatal , lo más importante son los grandes negociados, coimas y contratos a nivel público que también son una oportunidad para sacar una gran tajada para estos funcionarios, sino basta recordar el caso Odebrecht, donde están involucrados algunos altos funcionarios del gobierno, como el ex vicepresidente; o los famosos “sobreprecios” en las obras que terminan costando millones más, como el tristemente célebre tranvía de Cuenca, que nos tiene endeudados con la banca aproximadamente en 275 millones de dólares y aún ni se termina. Y este es un modus operandi que se da en todos los niveles de la administración pública, ya que la corrupción es algo consustancial al Estado burgués, más aún al sistema capitalista-imperialista-patriarcal.
Entonces es claro que las y los politiqueros se pelean por estos puestos porque representan un enorme negocio del que van a vivir, no sólo ellos, sino todos sus familiares, agnados y cognados, amigos, de más relacionados. Hasta el último carga escalares que ha trabajado en la campaña de un determinado candidato está esperanzado en tener algún puesto o beneficio si su partido logra ganar.
Esta acumulación vía la “función pública” se hace a costilla nuestra, ¿quiénes somos los que sostenemos todo este enorme parásito que es el Estado?, ¿acaso no somos nosotros, el pueblo, los que pagamos impuestos hasta por el aire que respiramos?, ¿acaso no somos nosotros, quienes vivimos de nuestro trabajo, los que tenemos que alimentar a esta sanguijuela estatal para que las “autoridades” sigan embolsando riquezas sin hacer nada, y todavía se llenen la boca diciendo que han hecho “obra”?
Por esto es urgente dejar de creer que las elecciones burguesas son un acto a través del cual el pueblo decide algo. Es urgente ver que sólo es un engaño para el pueblo, ver los grandes intereses económicos que persiguen los politiqueros, y sobre todo dejar de ver al Estado burgués como un ente que nos protege a todos y todas por igual, el Estado tiene carácter de clase y sus decisiones a nivel político indudablemente responden a esto.
Preguntémonos ¿qué cambia después de cada jornada electoral? Con las elecciones sólo cambiamos de verdugos, por lo demás, el pueblo debe continuar cargando con toda la desigualdad social y la miseria que cada vez crece más.
Al pueblo solo nos queda organizarnos y luchar para terminar con toda esta inmundicia.
“Todos los candidatos, la misma mierda son,
sólo al señor dinero sirven con devoción.
Todos los candidatos la misma mierda son,
lacayos del imperialismo y de la reacción.
Gane quien gana el pueblo perderá,
Anula tu voto y elige luchar.”
(Consigna del Bloque Proletario de las movilizaciones en contra de la farsa electoral. Marzo 2019)

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