PRONUNCIAMIENTO DEL FRENTE REVOLUCIONARIO 8 DE MARZO - 5 de junio de 2019


¿POR QUÉ NOS DESAPARECEN?
Violencia, mafias, esclavitud, industria del sexo


El caso de Carolina, joven de 15 años asesinada en Quito en agosto de 2018, ha puesto nuevamente en evidencia la existencia de mafias dedicadas a la trata de personas, especialmente niñas y mujeres, para explotación sexual en Ecuador.

La alerta se encendió cuando un nuevo informe realizado tras la exhumación del cadáver de la joven en marzo de este año, confirmó que Carolina fue ultrajada, violada y asesinada y no fue una “muerte natural” como consta en el informe del 17 de diciembre de 2018 de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro DINASED.

Lo grave es que al parecer los tentáculos de las mafias para la explotación sexual llega a las mismas instancias del Estado que supuestamente están para “proteger” y “dar seguridad” a la población ecuatoriana.

Según el informe “La trata ante el espejo: una aproximación a la explotación sexual en el trabajo esclavo”, fruto de una investigación realizada entre el 2011 y 2012 en la frontera norte con Colombia, la esclavitud sexual es un negocio viento en popa gracias a su ligazón con altas esferas policiales y con operadores de “justicia”. Es por ello que este informe entregado al gobierno de Rafael Correa en 2012, nunca se hizo público ni se realizó ninguna acción por parte del Estado frente a los casos revelados. (¿Por qué ocultar la trata? Diario El Comercio. https://www.elcomercio.com/blogs/derechos-y-humanos/analisis-dimitri-barreto-trata-interior.html).

Es decir, a todas luces la trata de personas para la explotación sexual, especialmente niñas y mujeres, es un negocio floreciente en Ecuador, siendo parte del gran mercado nacional e internacional de la trata para prostitución y pornografía que a nivel mundial es la tercera más rentable luego del tráfico de armas y de drogas, y es más, el tráfico de personas, armas y drogas son manejadas en conjunto por las mafias.

Si esto es una realidad es lógico que las mafias necesitan permanentemente víctimas para alimentar el voraz y cada vez más violento mercado de la esclavitud sexual, prostitución y pornografía.

En los últimos años se ha acentuado en el país los casos de desapariciones forzadas, en donde las cifras muestran claramente que en su mayoría las personas que son desaparecidas son niñas y mujeres jóvenes. Diario El Comercio del 12 de abril de 2019 informó que: “Entre el 2015 y marzo de este año, la Fiscalía recibió 650 denuncias de trata de personas, a escala nacional. Solo entre el 2017 y 2018, la Policía rescató a 287 víctimas que estaban en poder de bandas criminales. La mayoría de las víctimas (84%) son mujeres y niñas, llevadas a la fuerza para ser explotadas sexualmente.” (https://www.elcomercio.com/actualidad/victimas-trata-rescate-ecuador-investigacion.html?fbclid=IwAR3GBRkkutdz6aAth6-0lMwvbQzgegnoZmZionFRNi_GmvXl-2u01a9KE0M).

Pero las cifras oficiales son otro problema. Cada institución maneja cifras distintas y al final no existe certeza del número de desaparecidxs que hay en Ecuador, según lo ha denunciado la Asociación de Familiares y Amigos de los Desaparecidos ASFADEC. (http://contexto.gk.city/ficheros/claves-entender-las-desapariciones-ecuador/cuantas-personas-desaparecidas-hay-ecuador).

El hecho es que a diario desaparecen personas en Ecuador, en especial niñas y mujeres jóvenes, y por otro lado tenemos un enorme negocio de trata para la esclavitud sexual con mafias actuando a todo nivel, indudablemente tiene que haber conexión.

Aunque esta sea una conclusión dolorosa, es imprescindible denunciar, visibilizar, y luchar contra este flagelo de una sociedad podrida hasta el tuétano por el sistema capitalista-imperialista-patriarcal.

Mientras subsista la propiedad privada, mientras el cuerpo de las mujeres sea objeto de apropiación privada para la explotación, de compra y venta, mientras exista la prostitución, la pornografía, y se justifique toda esta degradación y violencia sexual amparándola en el “derecho al gozo”, el ejército de víctimas seguirá incrementándose.

El sistema capitalista-imperialista-patriarcal se sostiene en la explotación inmisericorde de las mujeres, de sus cuerpos, de su fuerza de trabajo, de sus espíritus, de sus vidas. Los multimillonarios negocios de la prostitución y la pornografía, que el capitalismo hipócritamente dice combatir como “negocios ilícitos”, sostienen el propio sistema financiero internacional, tarjetas de crédito, cadenas de turismo sexual, gobiernos y estados corruptos que viven de prostituir a su niñez y juventud.

Y ligada a la prostitución, la pornografía se ha convertido en una fuente de riqueza cada vez más difundida por las nuevas tecnologías que ponen en manos de lxs usuarixs toda la porquería de la enajenación humana. En Estados Unidos la industria del porno factura anualmente más de 20 mil millones de dólares. A nivel mundial cada año este “negocio” deja una cifra aproximada de 100 mil millones. Para tener la dimensión de esta barbaridad, pongámonos a pensar que nuestro país está siendo entregado a los designios del Fondo Monetario Internacional (FMI), por algo más de 10 mil millones.

La prostitución, la pornografía, la industria del sexo en general no es un asunto de “moral”, ni de “valores”, es un tema económico-político, de explotación de seres humanos para generar enormes ganancias para las mafias y para todo el sistema en general. Es un engaño y una hipocresía decir que con leyes, con el “endurecimiento de las penas”, con “buena educación o con más religión se resolverá este problema. Imposible, esta decadencia sexual ha inundado todas las instituciones de esta podrida sociedad, se ha vuelto parte consustancial de su funcionamiento, por tanto hay que atacar el mal de raíz: el sistema capitalista-imperialista-patriarcal que sostiene para su gozo y beneficio una institución tan perversa como la prostitución.

Si no ligamos el tema de desapariciones a las razones por las que nos desaparecen, si no develamos las conexiones con la violencia estructural del sistema capitalista-imperialista-patriarcal sobre las mujeres, no iremos al fondo del problema, nos quedaremos navegando sin rumbo en el océano de la mentira y la hipocresía burguesa y pequeñoburguesa.

¡NO DESAPARECEMOS, NOS DESAPARECEN!


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