ELECCIONES: EL FESTÍN DE LA BURGUESÍA - APUNTES SOBRE REALIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL

 

ELECCIONES: EL FESTÍN DE LA BURGUESÍA

Aporte del círculo de estudio “Rojo Amanecer”

La farsa electoral ya está servida en la mesa de los ecuatorianos, y entre la amplia cantidad de “opciones” que se oferta en el menú, ninguna es una alternativa real para mejorar las condiciones de vida del pueblo, porque esta mesa siempre será un festín para unos pocos burgueses a expensas de nosotros: las clases populares. Cada cuatro años nos ofrecen migajas bajo un discurso supuestamente democrático en el que alimentan falsas esperanzas en los pobres del país. Las elecciones generales del 2021 no son diferentes a las anteriores, todas son un recurso que fortalece alianzas burguesas con un Estado reaccionario-semicolonial para seguir explotando y sometiendo al pueblo.

El circo electoral habla por sí solo, varios politiqueros se han lanzado a participar de las próximas elecciones para las que el Concejo Nacional Electoral (CNE), ha aprobado 114.3 millones de dólares[1], fuera de otros tantos millones que se destinarán para las campañas de los diferentes candidatos; todo esto a costa de un pueblo con hambre, sin garantía de salud ni educación, y negándose a reducir el presupuesto para los partidos politiqueros; sin miramiento alguno de la crisis económica que se arrastra desde antes de la pandemia, lo que pone en evidencia que el interés del Estado nunca es el pueblo.

Mientras se van a despilfarrar tantos millones en la farsa electoral, los hospitales yacen sin suplementos en medio de una crisis sanitaria, y existe un retraso del pago de salarios de trabajadores del sector público en el que médicos y profesores no reciben sus sueldos, cuando a contra mano el pago de la Deuda Externa es una prioridad que se cancela puntualmente y con intereses. A la par estallan casos de corrupción en todo el país de los que ciertos círculos burocráticos han lucrado y descansan en la impunidad.

Por otra parte, el Estado y gobierno serviles de las clases dominantes del país y del imperialismo, perdonan descaradamente deudas de grandes empresarios y multinacionales que entre multas, evasión de impuestos y recargos suman alrededor de 4.600 millones de dólares[2], mientras contraatacan a las clases populares con reformas laborales que sólo fomentan la explotación y precarizan el trabajo, ahondando la miseria que atraviesa un pueblo donde existe más de un millón de desempleados, y el número va en aumento. Y no sólo que nos niegan el derecho más básico que es el trabajo, sino que encima persiguen y criminalizan a quienes tienen que salir a buscar su sustento diario en las calles, como los vendedores ambulantes.

Para evitar la reacción popular ante estas duras condiciones, las clases dominantes mantienen una constante represión contra el pueblo cuando este intenta exigir que se cumplan sus derechos. Todas estas pruebas exponen al Estado como el aparato de opresión y dominación que es, más no un Estado de “bienestar y protección” como se promueve en una constitución que solo cobija mentiras.

Las elecciones son sólo parte del menú, y la decisión que toma el pueblo dentro de éstas no es más que escoger quién los explotará constitucionalmente los próximos 4 años. Es por esto que las clases populares con consciencia debe dirigirse hacia la organización dentro de una línea Proletaria, la única capaz de encarnar una lucha en interés de los oprimidos, en primer lugar, reconociendo que la transformación de la sociedad no cabe dentro de los juegos de la democracia burguesa, como lo son las elecciones, ni en los espacios de poder del Estado semicolonia que comienzan desde las juntas parroquiales, ni desde los diversos puestos “públicos”. Esa es la eterna mentira de la que viven los oportunistas reformistas, quienes engañan al pueblo con la ilusión de que es posible cambiar al sistema desde adentro, y que, a la larga siguen siendo parte de la misma maquinaria podrida.

Un ejemplo de esto es lo sucedido con la famosa “Revolución Ciudadana” del anterior régimen de Correa y el actual de Moreno, en la que estos personajes se aprovecharon de sus posiciones para hacer del Estado su negocio, y siguen haciéndolo. Delincuentes como Correa, Glas y toda esa banda que por 10 años esquilmaron el erario público llenándose la boca de que son “revolucionarios”. Y tal es el descaro del ratificado delincuente Correa que intentó participar de estas elecciones, pero se lo inhabilitó como candidato por el caso Sobornos[3], claro que no en pro de la justica, sino por conflictos y amarres entre los politiqueros. (Ya veremos en que para todo esto porque a pesar de estar sentenciado, el jefe de la banda se encuentra campante en Bélgica desde donde tiene el cinismo de hacerse la víctima).

Por otro lado para las elecciones del 2021, existe una amplia gama de “opciones” que van desde los oportunistas que se han catapultado y aprovechado de diferentes luchas populares, hasta banqueros y corruptos con historial en el país. Ese es el espectro de los candidatos para las próximas elecciones, que, jamás representaron ni representarán los intereses reales del Proletariado y el pueblo ecuatoriano, sino que únicamente aspiran a un puesto burocrático en el cual llenar más sus bolsillos.

Los medios de comunicación también juegan un papel importante difundiendo la farsa electoral, promoviendo candidatos y tachando a otros según sus intereses, bombardeando constantemente al pueblo con una supuesta idea de democracia que no se refleja en las duras condiciones de vida de las grandes mayorías de este país.

Comprender la lógica del Estado burgués-semicolonial es fundamental, para entender y rechazar la farsa electoral, sea absteniéndonos de asistir a las urnas o anulando el voto. Lo importante es resistirse a ser cómplices de esta farsa que legitima el festín de la burguesía y el imperialismo, y que no asegura más que mínimas migajas en el plato del pueblo.

Rechazar las elecciones significa tomar una posición política en la que la verdadera elección del pueblo es construir un poder propio como clases oprimidas, como clases que forjan día a día su destino porque se reconocen como el sostén de la sociedad misma.

Es por ello por lo que el Proletariado plantea una revolución que destruya por completo este aparato estatal burgués-semicolonial, construyendo alianzas populares verdaderamente revolucionarias, donde la inmensa mayoría actuaría en pro de la inmensa mayoría y no al contrario como sucede en la actual democracia burguesa que en realidad es una despiadada dictadura sobre las clases populares.

¡ABAJO LA DEMOCRACIA BURGUESA Y SU CIRCO ELECTORAL!

¡NECESITAMOS ORGANIZACIÓN Y LUCHA CONCIENTE DEL PUEBLO!

¡NUESTRO CAMINO ES LUCHANDO NO VOTANDO!

¡SI QUIERES ELEGIR, ELIGE LUCHAR!



[1]  CNE aprueba presupuesto de USD 114,3 millones para las elecciones del 2021, sin incluir el Fondo de Promoción Electoral.  Diario El Comercio. https://www.elcomercio.com/actualidad/cne-aprobacion-presupuesto-elecciones-ecuador.html.

[3] Rafael Correa: la justicia falla contra el expresidente en el caso “Sobornos” y termina con sus aspiraciones de ser candidato a vicepresidente. BBC. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54066717

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